martes, 18 de marzo de 2008

VIA CRUCIS 18 DE MARZO DE 2008. HIJAS DE LA CARIDAD. COLEGIO DE LA MILAGROSA

Las Hijas de la Caridad del Colegio “La Milagrosa”, en agradecimiento a la Cofradía Penitencial del “Cristo de la Noche Oscura”, por habernos confiado este Viacrucis del 2008.

Hemos querido compartir este camino, inspiradas en la espiritualidad de nuestros Fundadores: San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac.

Ambientación

Vamos a acompañar a Jesús en su vía crucis. El vía crucis no es algo del pasado y de un lugar determinado de la tierra. La cruz del Señor abraza al mundo entero; su vía crucis atraviesa los continentes y los tiempos. En el vía crucis no podemos limitarnos a ser espectadores. Estamos implicados también nosotros; por eso, debemos buscar nuestro lugar. ¿Dónde estamos nosotros?. En el vía crucis no se puede ser neutral.
En el espejo de la cruz se reflejan todos los sufrimientos de la humanidad de hoy. En la cruz de Cristo hoy se refleja el sufrimiento de los niños abandonados, de los niños víctimas de abusos; las amenazas contra la familia; la división del mundo en la soberbia de los ricos que no ven a Lázaro a su puerta y la miseria de tantos que sufren hambre y sed.
Pero también hay "estaciones" de consuelo. Está la Madre, cuya bondad permanece fiel hasta la muerte y más allá de la muerte. Está la mujer valiente que se acerca al Señor y no tiene miedo de manifestar solidaridad con este Varón de dolores. Está Simón, el Cirineo, un africano, que lleva la cruz juntamente con Jesús. Y mediante estas "estaciones" de consuelo hemos visto, por último, que, del mismo modo que no acaban los sufrimientos, tampoco acaban los consuelos.
La familia Vicenciana nace para la iglesia universal en el siglo XVII y se constituye en una fuerza de caridad y vivencia evangélica que invade el corazón de todos los hombres, para hacerles sentir la realidad de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo. Desde la experiencia de nuestra espiritualidad, las Hijas de la Caridad, queremos compartir esta meditación del Camino de La Cruz. Que al emprender este Viacrucis nos acompañen aquellos que lo vivieron en sus vidas y que han sido con Jesús de Nazaret el motivo de nuestro ser y que hacer: San Vicente de Paúl, el Beato Federico Ozanam, Santa Catalina Labouré, Santa Luisa de Marillac.
Con profundo amor a la persona de Cristo y del pobre os invito a caminar en pos de la cruz de Cristo sin mirar hacia atrás y solo con el corazón puesto en Cristo vivo y presente en nuestra historia, en nuestra realidad y en la miseria de nuestro mundo. Como todos los años, recorreremos el camino del Calvario, haciendo una por una las 14 estaciones que Cristo realizó en el camino hacia su muerte.


Como todos los años, es el mismo camino, una y otra vez, una y otra vez...Como todos los años, Cristo se dirige hacia el punto en el que tendrá lugar su crucifixión y como todos los años, nosotros iremos detrás, viendo lo que pasa, sintiendo un inmenso dolor por la injusticia que se está cometiendo. ¡¡Ya está bien!! Nos hemos limitado a ser simples espectadores y a sufrir y a llorar por otro. Hoy no queremos ver como Cristo sigue el camino; hoy queremos hacer contigo el camino del Calvario; hoy queremos hacer nuestro propio Viacrucis... Hoy eres tú el que vas a ser condenado, eres tú el que cargas con la cruz, eres tú el que caes a tierra, eres tú el que te encuentras con el Cirineo, con las mujeres, eres tú el que te desprendes de algo, eres tú el que mueres.
Del mismo modo estamos invitados a encontrar nuestro lugar, a encontrar, como estos grandes y valientes santos, el camino con Jesús y por Jesús: el camino de la bondad, de la verdad; la valentía del amor. Hemos comprendido que el vía crucis no es simplemente una colección de las cosas oscuras y tristes del mundo. Tampoco es un moralismo que, al final, resulta insuficiente. No es un grito de protesta que no cambia nada. El vía crucis es el camino de la misericordia, y de la misericordia que pone el límite al mal. Es el camino de la salvación. Pidamos al Señor que nos ayude, que nos ayude a ser "contagiados" por su misericordia. Amén.


¡COGE TU CRUZ Y EMPIEZA EL CAMINO!
1ª ESTACIÓN. JESUS ES CONDENADO A MUERTE.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


EVANGELIO: Mc. 15, 13-15
La gente volvió a gritar: ¡Crucifícale! Pilato les decía: pero ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaron con más fuerza: ¡Crucifícale! Pilato, entonces queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabas y entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.
REFLEXION:
Los acusadores intuyen esta debilidad de Pilato y por eso no ceden. Reclaman con obstinación la muerte en cruz. Las decisiones a medias, a las que recurre Pilato, no le sirven de nada. No es suficiente infligir al acusado la pena cruel de la flagelación. Cuando el Procurador presenta a la muchedumbre a un Jesús flagelado y coronado de espinas, parece como si con ello quisiera decir algo que, a su entender, debería doblegar la intransigencia de la plaza. Señalando a Jesús, dice: «Ecce homo!».. «Aquí tenéis al hombre».
Pero la respuesta es: « ¡Crucifícalo, crucifícalo!». Pilato intenta entonces negociar: «Tomadlo vosotros y crucificadle, porque yo ningún delito encuentro en él» (cf. Jn 19, 5-7).
Está cada vez más convencido de que el imputado es inocente, pero esto no le basta para emitir una sentencia absolutoria. Entonces, los acusadores recurren a un argumento decisivo: «Si sueltas a ése, no eres amigo del César; todo el que se hace rey se enfrenta al César» (Jn 19, 12).
Es una amenaza muy clara. Intuyendo el peligro, Pilato cede definitivamente y emite la sentencia, si bien con el gesto ostentoso de lavarse las manos: «Inocente soy de la sangre de este justo. Vosotros veréis» (Mt 27, 24). Así fue condenado á la muerte en cruz Jesús, el Hijo de Dios vivo, el Redentor del mundo.
A lo largo de los siglos, la negación de la verdad ha generado sufrimiento y muerte. Al principio de su sacerdocio, Vicente de Paúl experimenta como son los inocentes los que pagan el precio de la hipocresía humana. Es acusado de robo, no se defiende, se siente despojado de la estima de los demás, siente el fracaso. Sólo desde la pobreza interior, de la condena injusta comprende a los pobres.
No bastan decisiones a medias. No es suficiente lavarse las manos. Somos responsables de la sangre de los inocentes. Por ello Cristo imploró por sus discípulos de todos los tiempos: “Padre, santifícalos en la verdad: Tú Palabra es verdad” (Jn. 17,17)
Jesús se entrega voluntariamente a la muerte, su amor le impulsa a dar la vida por sus amigos, por ti, por toda la Humanidad. Es un amor que da la cara que no se queda en discursos, en poesías, en palabras. Jesucristo, condenado a muerte, como cordero llevado al matadero, nos enseña la clave para vivir. El mundo nuevo ha de ser construido desde la fidelidad a toda prueba que El nos enseña.
PETICION: Cristo de la Noche Oscura, te pedimos que nos des fuerzas para seguir tu ejemplo y no tener miedo a proclamar la verdad.
¿CÓMO ACEPTO EN MI VIDA LAS FALSAS ACUSACIONES Y FRACASOS?
ORACIÓN
Señor, has sido condenado a muerte porque el miedo al «qué dirán» ha sofocado la voz de la conciencia. Sucede siempre así a lo largo de la historia; los inocentes son maltratados, condenados y asesinados.
Cuántas veces hemos preferido también nosotros el éxito a la verdad, nuestra reputación a la justicia. Da fuerza en nuestra vida a la sutil voz de la conciencia, a tu voz. Mírame como lo hiciste con Pedro después de la negación.
V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro


2ª ESTACION. JESUS CARGA CON LA CRUZ.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
EVANGELIO: Jn. 19, 16-17.
Entonces se le entregó para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y Él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota.
REFLEXION:
La cruz, Instrumento de una muerte infame.
No era lícito condenar a la muerte en cruz a un ciudadano romano: era demasiado humillante. Pero el momento en que Jesús de Nazaret cargó con la cruz para llevarla al Calvario, marcó un cambio en la historia de la cruz. De ser signo de muerte infame, reservada a las personas de baja categoría, se convierte en llave maestra. Con su ayuda, de ahora en adelante, el hombre abrirá la puerta de las profundidades del misterio de Dios. Por medio de Cristo, que acepta la cruz, instrumento del propio despojo, los hombres sabrán que «Dios es amor».
Amor inconmensurable: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16).
Esta verdad sobre Dios se ha revelado a través de la cruz. ¿No podía revelarse de otro modo? Tal vez sí. Sin embargo, Dios ha elegido la cruz. El Padre ha elegido la cruz para su Hijo, y el Hijo la ha cargado sobre sus hombros, la ha llevado hasta al monte Calvario y en ella ha ofrecido su vida. «En la cruz está el sufrimiento, en la cruz está la salvación, en la cruz hay una lección de amor. Oh Dios, quien te ha comprendido una vez, ya no desea ni busca ninguna otra cosa» (Canto cuaresmal polaco) La Cruz es signo de un amor sin límites.
Santa Luisa experimenta que muchas veces nos cuesta obrar bien y todo trabajo es cruz, por eso anima a las primeras Hermanas con estas palabras: “ ¿Qué quiere decir tomar su cruz y seguir a Jesucristo?. Es practicar toda clase de virtudes como Él las practicó cuando vivió en este mundo; era humilde, manso, caritativo, paciente, pobre y nunca hablaba mal de su prójimo, ni hacia mal a nadie”
Sobre los hombros de Jesús colocaron la cruz. Su peso es grande, pero sobre todo porque cargaba con todas nuestras culpas. La cruz de Cristo es bien diferente de nuestras cruces de adorno, poder y honor que nos colocamos; su cruz es signo y expresión de su amor comprometido con todos los hombres…


PETICION: Te pedimos, Cristo de la Noche Oscura, que cada día seamos hombres y mujeres más comprometidos con los necesitados y marginados de nuestro mundo; que cada día seamos más solidarios con su dolor. ¿QUÉ SIGNIFICA LA CRUZ EN MI VIDA?
ORACIÓN
Señor, te has dejado escarnecer y ultrajar. Ayúdanos a no unirnos a los que se burlan de quienes sufren o son débiles. Ayúdanos a reconocer tu rostro en los humillados y marginados. Ayúdanos a no desanimarnos ante las burlas del mundo cuando se ridiculiza la obediencia a tu voluntad. Tú has llevado la cruz y nos has invitado a seguirte por ese camino (Mt 10, 38).
Danos fuerza para aceptar la cruz, sin rechazarla; para no lamentarnos ni dejar que nuestros corazones se abatan ante las dificultades de la vida. Anímanos a recorrer el camino del amor y, aceptando sus exigencias, alcanzar la verdadera alegría.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
3ª ESTACION. JESUS CAE POR PRIMERA VEZ
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


PALABRA DE DIOS: Flp. 2,7
Cristo Jesús se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos.


REFLEXION:
Cae por agotamiento. Tiene el cuerpo ensangrentado por la flagelación, la cabeza coronada de espinas. Le faltan las fuerzas. Cae, pues, y la cruz lo aplasta con su peso contra la tierra.
Hay que volver a las palabras del profeta que siglos antes ha previsto esta caída, casi como si la estuviera viendo con sus propios ojos: ante el Siervo del Señor, en tierra bajo el peso de la cruz, manifiesta el verdadero motivo de la caída: «Dios cargó sobre él los pecados de todos nosotros». Han sido los pecados los que han aplastado contra la tierra al Condenado.
Han sido ellos los que determinan el peso de la cruz que él lleva a sus espaldas. Han sido los pecados los que han ocasionado su caída. Cristo se levanta a duras penas para proseguir el camino. Los soldados que lo escoltan intentan instigarle con gritos y golpes. Tras un momento, el cortejo prosigue.
Jesús cae y se levanta. De este modo, el Redentor del mundo se dirige sin palabras a todos los que caen. Les exhorta a levantarse. «El mismo que, sobre el madero, llevó nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que, muertos a nuestros pecados, viviéramos para la justicia; con cuyas heridas habéis sido curados» (1 Pe 2, 24).
Nos cuesta contemplar a un Dios que, amando, se nos presenta como atado. Cristo no quiere vencer sino convencer. Convencidos por un Cristo que se encuentra en los Pobres se sintieron Vicente de Paúl y Luisa de Marillac. Dejan atrás su situación acomodada y privilegiada y se sienten llamados, interpelados… enviados. Descubren que Cristo se encuentra en la historia sufriente de la humanidad, no en los buenos propósitos. Una cristología Vicenciana que deja de ser teórica para hacerse práctica, desde un Cristo encarnado en los márgenes de la sociedad y hecho siervo para anunciar la Buena Nueva a favor de los Pobres. La fuerza del Espíritu los llevó a sentirse enviados a “liberar a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a dignificar a los oprimidos y a proclamar la bondad del Señor”. Cristo nunca falsificó el amor, se dejó el pellejo en la entrega. Se hizo pequeño y débil. Dar la vida es amar en debilidad.


PETICION: Construir un mundo basado en el amor, el respeto, el perdón, la tolerancia, la generosidad... es difícil. Te pedimos, Cristo de la Noche Oscura, que en ti encontremos la fuerza para hacerlo; que seas tú nuestro Maestro.
¿TE CUESTA VER A JESÚS POR LOS SUELOS? ¿SIGUES LA MENTALIDAD DEL MUNDO, LA DE LOS FUERTES, LA DE MACHACAR AL OTRO CON TAL DE SUBIR O SALES AL PASO DE SUS DIFICULTADES?


ORACIÓN
Señor Jesús, el peso de la cruz te ha hecho caer. El peso de nuestro pecado, el peso de nuestra soberbia, te derriba. Pero tu caída no es signo de un destino adverso, no es la pura y simple debilidad de quien es despreciado. Has querido venir a socorrernos porque a causa de nuestra soberbia yacemos en tierra. La soberbia de pensar que podemos forjarnos a nosotros mismos lleva a transformar al hombre en una especie de mercancía, que puede ser comprada y
vendida, una reserva de material para nuestros experimentos, con los cuales esperamos superar por nosotros mismos la muerte, mientras que, en realidad, no hacemos más que mancillar cada vez más profundamente la dignidad humana. Señor, ayúdanos porque hemos caído. Ayúdanos a renunciar a nuestra soberbia destructiva y, aprendiendo de tu humildad, a levantarnos de nuevo.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro

4ª ESTACION. JESUS SE ENCUENTRA A SU SANTISIMA MADRE.

V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
EVANGELIO: Jn.19, 25-27
Junto a la Cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás y María Magdalena. Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego dice al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.


REFLEXIÓN:
Cuando en el camino hacia la cruz encontró a su Hijo, quizás le vinieron a la mente precisamente estas palabras. Con una fuerza particular. «Reinará.... Su reino no tendrá fin», había dicho el mensajero celestial. Ahora, al ver que su Hijo, condenado a muerte, lleva la cruz en la que habría de morir, podría preguntarse, humanamente hablando: ¿Cómo se cumplirán aquellas palabras? ¿De qué modo reinará en la casa de David? ¿Cómo será que su reino no tendrá fin?
Son preguntas humanamente comprensibles. María, sin embargo, recuerda que tiempo atrás, al oír el anuncio del Ángel, había contestado: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Ahora ve que aquellas palabras se están cumpliendo como palabra de la cruz.
Porque es madre, María sufre profundamente. No obstante, responde también ahora como respondió entonces, en la anunciación: «Hágase en mí según tu palabra». De este modo, maternalmente, abraza la cruz junto con el divino Condenado..en el camino hacia la cruz. María se manifiesta como Madre del Redentor del mundo. «Vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante al dolor que me atormenta» (Lm 1,12).
Es la Madre Dolorosa la que habla, la Madre del Redentor del mundo. María siempre está presente en el camino de la Cruz de todos los hombres. No existe ninguna situación de dolor, de sufrimientos en la que no encontremos su presencia materna. Sabe lo duro que se hace amar en la vida, las pruebas del abandono, las angustias en todas las experiencias de muerte.
La Comunidad Cristiana está llamada a ser reino nuevo en el que la fraternidad y la solidaridad sean actitudes que caractericen la alternativa de los cristianos ante el reino viejo.


PETICION: La vida de María es expresión viva de las actitudes del verdadero discípulo de Cristo. Enséñanos, Padre Bueno, a saber llegar hasta el final; a acompañar a Jesús en todos los momentos de sus enseñanzas; a no abandonarle ante la primera dificultad.
¿ABANDONAMOS A NUESTRO HERMANO ANTE LA PRIMERA DIFICULTAD?


ORACIÓN
Santa María, Madre del Señor, has permanecido fiel cuando los discípulos huyeron. Al igual que creíste cuando el ángel te anunció lo que parecía increíble –que serías la madre del Altísimo – también has creído en el momento de su mayor humillación.
Por eso, en la hora de la cruz, en la hora de la noche más oscura del mundo, te han convertido en la Madre de los creyentes, Madre de la Iglesia.
Te rogamos que nos enseñes a creer y nos ayudes para que la fe nos impulse a servir y dar muestras de un amor que socorre y sabe compartir el sufrimiento.
V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
5ª ESTACION. JESUS ES AYUDADO POR EL CIRINEO A LLEVAR LA CRUZ
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
EVANGELIO: Mt. 27, 32.
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar su cruz.
REFLEXION:
En un canto de cuaresma se escuchan estas palabras: «Bajo el peso de la cruz Jesús acoge al Cireneo». Son palabras que dejan entrever un cambio total de perspectiva: el divino Condenado aparece como alguien que, en cierto modo, «hace don» de la cruz.
¿Acaso no fue El quien dijo: «El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí?» (Mt 10,38). Simón recibe un don. Se ha hecho «digno» de él. Lo que a los ojos de la gente podía ofender su dignidad, en la perspectiva de la redención, en cambio, le ha otorgado una nueva dignidad. El Hijo de Dios le ha convertido, de manera singular, en copartícipe de su obra salvífica.
Llevando la cruz, fue introducido en el conocimiento del evangelio de la cruz. Desde entonces este evangelio habla a muchos, a innumerables cireneos, llamados a lo largo de la historia a llevar la cruz junto con Jesús.
Nadie quiere ayudar a Jesús, no hubo espontáneos. Para descubrir al que nos necesita tenemos que centrar nuestra mirada en el pobre, en su persona, en su situación, en su historia, en su entorno. Santa Luisa de Marillac asimila las enseñanzas de Vicente de Paúl: ” Somos responsables, si los pobres sufren por su ignorancia, somos culpables de todo lo que sufren si no sacrificamos toda nuestra vida para instruirlos” .“ Reconozcamos delante de Dios que ellos son nuestros amos y maestros”.
Ser Cireneo es no rehuir de la cruz del hermano, es entender el Evangelio del sufrimiento, es ser solidario del hombre humillado; el Cireneo es parábola viva de todos aquellos que, en el pasado y en el presente, se comprometen con Jesús a hacer de este mundo un mundo de hermanos. En un mundo en el que lo importante es aparentar, tener poder y tener dinero, parece que todo vale; que todo se puede comprar y vender incluso la amistad o la fidelidad. Dios es fiel.


PETICION: Cristo de la Noche Oscura, sabemos lo doloroso que te fue hablar de amor y de fraternidad como lo hiciste; te pedimos que nos des valentía para continuar tu labor; te pedimos que nos animes a ser cireneos de esa cruz que tú llevas que nace de un mundo lleno de injusticias e insolidaridades.
¿TU CORAZÓN SEGUIRÁ SIENDO PIEDRA PARA NO CAPTAR EL PESO DE LA CRUZ DE TU HERMANO?


ORACIÓN
Señor, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole, al compartir la cruz, la gracia de la fe. Ayúdanos a socorrer a nuestro prójimo que sufre, aunque esto contraste con nuestros proyectos y nuestras simpatías. Danos la gracia de reconocer como un don el poder compartir la cruz de los otros y experimentar que así caminamos contigo.
Danos la gracia de reconocer con gozo que, precisamente compartiendo tu sufrimiento y los sufrimientos de este mundo, nos hacemos servidores de la salvación, y que así podemos ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia.


V/ Señor,
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
6ª ESTACION. LA VERONICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESUS.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


EVANGELIO: Mt. 25, 40
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis".


REFLEXION:
La Verónica no aparece en los Evangelios. No se menciona este nombre, aunque se citan los nombres de diversas mujeres que aparecen junto a Jesús. Puede ser, pues, que este nombre exprese más bien lo que esa mujer hizo. En efecto, según la tradición, en el camino del calvario una mujer se abrió paso entre los soldados que escoltaban a Jesús y enjugó con un velo él sudor y la sangre del rostro del Señor. Aquel rostro quedó impreso en el velo; un reflejo fiel, un «verdadero icono». A eso se referiría el nombre mismo de Verónica. Si es así, este nombre, que ha hecho memorable el gesto de aquella mujer, expresa al mismo tiempo la más profunda verdad sobre ella.
Un día, ante la crítica de los presentes, Jesús defendió a una mujer pecadora que había derramado aceite perfumado sobre sus pies y los había enjugado con sus cabellos. A la objeción que se le hizo en aquella circunstancia, respondió: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una obra buena ha hecho conmigo (...). Al derramar este ungüento sobre mi cuerpo, en vista de mi sepultura lo ha hecho» (Mt 26,10-12). Las mismas palabras podrían aplicarse también a la Verónica. Se manifiesta así la profunda elocuencia de este episodio. El Redentor del mundo da a Verónica una imagen auténtica de su rostro.
El velo, sobre el que queda impreso el rostro de Cristo, es un mensaje para nosotros. En cierto modo nos dice: He aquí cómo todo acto bueno, todo gesto de verdadero amor hacia el prójimo aumenta en quien lo realiza a semejanza con el Redentor del mundo.
Como en tiempos de Jesús, a lo largo de la historia se suceden situaciones de extrema pobreza, nuestros fundadores descubrieron una terrible marginación, guerras, un hambre espantosa que hacía parecer a las personas “esqueletos cubiertos de piel”, una miseria espiritual que conducía a la desesperación. Hoy, después de tantos años, esta realidad es más acuciante aún. Y como entonces hizo la Verónica, las Hijas de la Caridad y personas comprometidas, seguimos enjugando el rostro sufriente de Cristo en Haití, Burundi, Ruanda, Mozambique,… en tantos otros países de África y Asia..
Los actos de amor no pasan. Cualquier gesto de amor, de comprensión y de servicio deja en el corazón del hombre una señal indeleble, que lo asemeja un poco más a Aquel que “se despojó de sí mismo tomando la condición de siervo” (Flp 2,7). Así se forma la identidad del verdadero nombre del ser humano.


PETICION: Cristo de la Noche Oscura, que como aquella mujer sepamos descubrir tu rostro en el rostro de todo el que sufra; que como ella, nos arriesguemos a enjugarle el rostro y a ayudarle. ¿EXTIENDO MI MANO PARA ENJUGAR EL ROSTRO DEL NECESITADO?
ORACIÓN
Señor, la Verónica ha descubierto tu rostro sufriente. Con este gesto nos estáis hablando del día del Juicio, cuando nos encontremos en tu presencia, en presencia del Juez del mundo y queden de manifiesto nuestras buenas acciones y nos digas que todo lo que hemos hecho a los más pequeños, a ti te lo hemos hecho. Danos la sencillez y pureza que nos permiten ver tu presencia en el mundo. Graba tu rostro en nuestros corazones, para que así podamos encontrarte y mostrar al mundo tu imagen.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro

7ª ESTACION. JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
PALABRA DE DIOS: Salmo 118, 13-14
Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y roca, Él es mi salvación

REFLEXION:
En el polvo de la tierra está el Condenado. Aplastado por el peso de su cruz. Cada vez más le fallan sus fuerzas. Pero, aunque con gran esfuerzo, se levanta para seguir el camino: ¿Qué nos dice a nosotros, hombres pecadores, esta segunda caída? Parece exhortarnos a levantarnos, a levantarnos otra vez en nuestro camino de la cruz.
Cyprian Norwid escribe: «No detrás de sí mismos con la cruz del Salvador, sino detrás del Salvador con la propia cruz». Santa Luisa afirma: “En Jesús crucificado pongo toda mi esperanza” Y en repetidas ocasiones habla a las Hermanas sobre el sentido de la cruz.” Ya ve usted, querida Hermana, que el camino por el que Dios quiere que vaya hacia Él es el camino real de la cruz; no dudo de que se deja usted llevar por él de buen grado y alegremente para cumplir su santa voluntad”. Anima a sentirnos felices ante el peso de la cruz: “Hermana, si hay alguna sombra que la apena, humíllese y sopórtela como una cruz muy amable, puesto que es nuestro Señor quien la permite para usted”. Sentencias breves pero que dicen mucho. Explican en qué sentido el cristianismo es la religión de la cruz.
Desde hace dos mil años el evangelio de la cruz habla al hombre. Desde hace veintiún siglos Cristo, que se levanta de la caída, encuentra al hombre que cae. A lo largo de estos dos milenios, muchos han experimentado que la caída no significa el final del camino. Encontrando al Salvador, se han sentido sosegados por Él: «Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad» (2 Co 12,9). Se han levantado confortados y han transmitido al mundo la palabra de la esperanza que brota de la cruz.
En el umbral del nuevo milenio, estamos llamados a profundizar el contenido de este encuentro. Es necesario que nuestra generación lleve a los siglos venideros la buena nueva de nuestro volver a levantarnos en Cristo.
La debilidad de Cristo es su amor apasionado; su locura es entregarse sin condiciones. Siempre le gustó al Hijo de Dios presentarse con la debilidad del verdadero amor: desde Belén hasta la Cruz. Quizá nosotros no entendamos esta locura de amor, porque nos falte la experiencia del otro “loco de amor por los hombres” el Padre Dios.


PETICION: Cristo de la Noche Oscura, enséñanos el camino que lleva a sentirse amado por el Padre como tú te sentiste para dar la vida, superándolo todo, como tú lo hiciste. Haz de nosotros “locos de amor”. ¿CÓMO LLEVO MI CRUZ?
ORACIÓN
Señor Jesucristo, has llevado nuestro peso y continúas llevándolo. Es nuestra carga la que te hace caer. Pero levántanos tú, porque solos no podemos reincorporarnos. En lugar de un corazón de piedra danos de nuevo un corazón de carne, un corazón capaz de ver.
Destruye el poder de las ideologías, para que los hombres puedan reconocer que están entretejidas de mentiras. No permitas que el muro del materialismo llegue a ser insuperable.
Haz que te reconozcamos de nuevo. Haznos sobrios y vigilantes para poder resistir a las fuerzas del mal y ayúdanos a reconocer las necesidades interiores y exteriores de los demás, a socorrerlos. Levántanos para poder levantar a los demás. Danos esperanza en medio de toda esta oscuridad, para que seamos portadores de esperanza para el mundo.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro

8ª ESTACION. JESUS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALEN
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
LECTURA: Lc. 23, 27-28. 30-31
Les seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por Él. Jesús, volviéndose a ellas dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Entonces comenzaron a decir a las montañas: Caed sobre nosotros, y a los collados: Sepultadnos, porque si esto hace al leño verde, ¿qué no harán al seco?
REFLEXION:
Son las palabras de Jesús a las mujeres, que lloraban mostrando compasión por el Condenado. «No lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos». Entonces era verdaderamente difícil entender el sentido de estas palabras. Contenían una profecía que pronto habría de cumplirse. Poco antes, Jesús había llorado por Jerusalén, anunciando la horrenda suerte que le iba a tocar. Ahora, Él parece remitirse a esa predicción: «Llorad por vuestros hijos...». Llorad, porque ellos, precisamente ellos, serán testigos y partícipes de la destrucción de Jerusalén, de esa Jerusalén que «no ha sabido reconocer el tiempo de la visita» (Lc 19,44).
“Reconocer el tiempo de la visita”, como aquellas mujeres del s. XVII que se movilizan ante las miserias y acuden a ayudar “como si de un fuego se tratara”. Mujeres que, como Vicente de Paúl, pueden decir: “El amor es inventivo hasta el infinito” y bajo su impulso organizan la Caridad.
Si, mientras seguimos a Cristo en el camino de la cruz, se despierta en nuestros corazones la compasión por su sufrimiento, no podemos olvidar esta advertencia. «Si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?». Para nuestra generación, más que de llorar por Cristo martirizado, es la hora de «reconocer el tiempo de la visita». Ya resplandece la aurora de la resurrección. «Mirad ahora el momento favorable; mirad ahora el día de salvación» (2Cor 6).
Cristo dirige a cada uno de nosotros estas palabras del Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono» (Apoc. 3, 20-2 1).


PETICION: Cristo de la Noche Oscura, haz posible que nunca seamos de los que hacemos sufrir a los demás; que seamos, más bien, de aquellos que saben “mirar y ver” y comprometerse con la construcción de un mundo en donde el necesitado sea el más querido. ¿LLORAMOS CON EL DÉBIL O NOS RESULTA INDIFERENTE?
ORACIÓN
Señor, a las mujeres que lloran les has hablado de compasión y de consuelo pero en tus palabras también hay algo de reproche, nada conseguimos con llorar tardíamente. Nos llamas a superar la concepción del mal como algo banal, con la cual nos tranquilizamos para poder continuar nuestra vida de siempre.
Conviértenos y danos una vida nueva; no permitas que, al final, nos quedemos como el leño seco, sino que lleguemos a ser sarmientos vivos en ti, la vida verdadera, y que produzcamos frutos para la vida eterna ( Jn. 15, 1-10)


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
9ª ESTACION. JESUS CAE EN TIERRA POR TERCERA VEZ.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


PALABRA DE DIOS: 1 Cor 1, 21-25
Dios tuvo a bien salvar a los que creen con esa locura que predicamos. Pues mientras los judíos piden señales y los griegos buscan saber, nosotros predicamos un Mesías crucificado, para los judíos un escándalo, para los paganos una locura; en cambio, para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Mesías que es portento de Dios y saber de Dios: porque la locura de Dios es más sabia que los hombres y la debilidad de Dios más potente que los hombres.


REFLEXION:
Cristo se desploma de nuevo a tierra bajo el peso de la cruz. La muchedumbre que observa, está curiosa por saber si aún tendrá fuerza para levantarse.
San Pablo escribe: «El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz» (Flp 2,6-8). La tercera caída parece manifestar precisamente esto: El despojo, la kenosis del Hijo de Dios, la humillación bajo la cruz: Jesús había dicho a los discípulos que había venido no para ser servido, sino para servir (cf. Mt 20,28).
Caer por tercera vez en el camino de la cruz, significa que Cristo se ha entregado a la muerte en fragilidad, con todas las consecuencias. Pensar que Jesús ya había caído hasta tocar tierra en Getsemaní, nos puede ayudar a ver hasta qué punto ese “sufrir por amor” estaba asumido por Jesús; Jesús sabía que se iba a sentir abandonado por todos, lo acepta y sigue adelante. Jesús acepta el dolor de “Venir a los suyos... y no ser recibido”. Es el amor que da hasta caer por tierra, ante el desprecio de los “suyos” que no han conocido el Amor.
Tú y yo somos responsables de tantos hermanos nuestros que continúan cayendo, es urgente que nos dejemos zarandear por los pobres, que sintamos como nos diría San Vicente que “ellos son nuestro peso y nuestro dolor”.


PETICION: Te pedimos Cristo de la Noche Oscura, por todos los que caen en la desilusión, la desesperanza y el miedo, por los que se ven sin fuerzas para continuar el camino, por los que no saben amar sin recibir recompensa. Para que, fijándose en ti, pongan en ti su fuerza. ¿ TE DEJAS ZARANDEAR POR LOS POBRES?
ORACIÓN
Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos abruman los Pobres, su atuendos y su rostros tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos.
Ten piedad de tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y otra vez. Al caer, quedamos en tierra y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca podremos levantarnos; espera que tú, siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia, quedes abatido para siempre. Pero tú te levantarás. Tú te has reincorporado, has resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos a todos.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
10ª ESTACION. JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


EVANGELIO: Mt. 27, 34-39
Le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero Él, después de probarlo, no quiso beberlo. Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echándolo a suertes. Y se quedaron sentados allí, para custodiarlo. Sobre su cabeza pusieron, por escrito, la causa de su condena: “éste es Jesús, el Rey de los judíos”.



REFLEXION:
“Jesús es despojado de sus vestiduras, es despojado de todo”, pero curiosamente es el hombre más rico de todos los tiempos: el que más ha cambiado el mundo, en toda la historia de la humanidad.
Lo despojan de lo poco que le queda y quieren calmar su dolor, “él después de probarlo, no quiso beberlo” (Mt. 27, 34). No quiere nublar su conciencia durante la agonía. Quería agonizar en la cruz conscientemente, cumpliendo la misión recibida del Padre. Esto es contrario a las ejecuciones romanas. Clavando al condenado en la cruz tratan de amortiguar su sensibilidad y conciencia. Cristo quiere mantener despierta la conciencia hasta el final. Su muerte es un sacrificio de expiación. Lo despojan de su vestidura pero no le pueden quitar lo que le queda, la aceptación completamente libre de su sufrimiento.
Conciencia y libertad: son los requisitos imprescindibles del actuar plenamente humano. El mundo conoce tantos medios para debilitar la voluntad y ofuscar la conciencia que es necesario defenderlas celosamente de todas las violencias. Incluso el esfuerzo legítimo por atenuar el dolor deber realizarse siempre respetando la dignidad humana.
Hay que comprender profundamente el sacrificio de Cristo, es necesario unirse a Él para no rendirse, para no permitir que la vida y la muerte pierdan su valor.
El sufrimiento de Cristo, el sentirse despojado de sus vestiduras nos muestra el valor de la pobreza. Ser pobre es tener un corazón lleno de caridad. El que es rico busca suavizar el sufrimiento, vive tan pendiente de sus bienes y de si mismo… que se le ha vaciado el corazón y no puede ser feliz. Esta estación nos enseña el valor del despojo, de la pobreza, de la aceptación del sufrimiento. Al final de la vida solo quedará el Amor. Todo lo demás, que tanto nos preocupa, pasará… la clave de la alegría cristiana está en despojarse, en el gozo de hacerse pobre amando hasta darlo todo, porque dejando a un lado el “poder”, el “tener” y la “búsqueda del placer” encontraremos la verdadera vida y la verdadera alegría.


PETICION: Cristo de la Noche Oscura, te pedimos que seamos capaces de emprender un camino en el que no busquemos la riqueza o la comodidad material, sino que busquemos ser ricos amando y dándonos a los demás. ¿DE QUÉ ME DESPOJO YO?
ORACIÓN
Señor Jesús, has sido despojado de tus vestiduras, expuesto a la deshonra, expulsado de la sociedad. Te has cargado de la deshonra de Adán, sanándolo. Te has cargado con los sufrimientos y necesidades de los pobres, aquellos que están excluidos del mundo. Pero es exactamente así como cumples la palabra de los profetas.
Es así como das significado a lo que aparece privado de significado. Es así como nos haces reconocer que tu Padre te tiene en sus manos, a ti, a nosotros y al mundo. Concédenos un profundo respeto hacia el hombre en todas las fases de su existencia y en todas las situaciones en las cuales lo encontramos. Danos el traje de la luz de tu gracia.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
11ª ESTACIÓN. JESÚS ES CRUCIFICADO.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


EVANGELIO: Lc. 23, 33-34
Cuando llegaron al lugar llamado “la Calavera”, los crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a su derecha y otro a su izquierda. Jesús decía: Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen."



REFLEXION:
Se cumplen las palabras del profeta. Comienza la ejecución. Los golpes de los soldados aplastan contra el madero de la cruz las manos y los pies del condenado. En las muñecas de las manos, los clavos penetran con fuerza. Esos clavos sostendrán al condenado entre los indescriptibles tormentos de la agonía. En su cuerpo y en su espíritu de gran sensibilidad. Cristo sufre lo indecible. Junto a él son crucificados dos verdaderos malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Se cumple así la profecía: «con los rebeldes fue contado» (Is 53,12).
Cuando los soldados levanten la cruz, comenzará una agonía que durará tres horas. Es necesario que se cumpla también esta palabra: «Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Jn 12, 32). ¿Qué es lo que «atrae» de este condenado agonizante en la cruz? Ciertamente, la vista de un sufrimiento tan intenso despierta compasión.
¿Cómo explicar que, generación tras generación, esta terrible visión haya atraído a una multitud incontable de personas, que han hecho de la cruz el distintivo de su fe; de hombres y mujeres que durante siglos han vivido y dado la vida mirando este signo? Cristo atrae desde la cruz con la fuerza del amor, del Amor divino, que ha llegado hasta el don total de sí mismo; del Amor infinito, que en la cruz ha levantado de la tierra el peso del cuerpo de Cristo, para contrarrestar el peso de la culpa antigua; del Amor ilimitado, que ha colmado toda ausencia de amor y ha permitido que el hombre nuevamente encuentre refugio entre los brazos del Padre misericordioso.
¡Que Cristo elevado en la cruz nos atraiga también a nosotros, hombres y mujeres del nuevo milenio! Bajo la sombra de la cruz, «vivimos en el amor como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma» (Ef 5,2).
Ha llegado la hora de la crucifixión. Jesús es clavado en la cruz y alzado en alto. Siempre es difícil entender la locura de la cruz, algo incomprensible para nuestro entendimiento pero, sin embargo, en ella está la clave del seguidor de Jesús.
Santa Luisa nos diría que esta locura de la cruz nos exige mucho más que dar una limosna, o una medicina, un vestido o una ayuda más o menos permanente. Exige dar la vida por todos, sin reservarse nada. No es nada dar sus bienes en comparación con darse una misma y emplear todos los momentos de su vida… por amor de Dios, sirviendo a los Pobres”.


PETICION: Enséñanos, Cristo de la Noche Oscura, a amar no sólo “más o menos”, no sólo “un poco” sino a ser generosos con nuestra vida como tú lo hiciste, enséñanos a no poner disculpas al amor. ¿QUÉ SIGNIFICA EN MI VIDA LLEVAR UNA CRUZ?
ORACIÓN
Señor Jesucristo, te has dejado clavar en la cruz, aceptando la terrible crueldad de este dolor, la destrucción de tu cuerpo y de tu dignidad. Te has dejado clavar, has sufrido sin evasivas ni compromisos. Ayúdanos a no desertar ante lo que debemos hacer. A unirnos estrechamente a ti. A desenmascarar la falsa libertad que nos quiere alejar de ti. Ayúdanos a aceptar tu libertad «comprometida» y a encontrar en la estrecha unión contigo la verdadera libertad.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
12ª ESTACIÓN. JESÚS MUERE EN LA CRUZ.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


EVANGELIO: Mc. 15, 33-39.
Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: “Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?”, -que quiere decir– “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”. Al oír esto algunos de los presentes decían: “Mira, llama a Elías.”
Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: “Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.” Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró. Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo. Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”.
REFLEXIÓN:
Todo moribundo experimenta la sombra de la angustia de la soledad, el abandono total. Pero ¿El Padre puede abandonar al Hijo? El grito de Jesús es un grito misterioso, de sufrimiento total, de esperanza contra toda esperanza.Los labios de Jesús confiesan otro misterio: La sed de su cuerpo es sed divina. Y Jesús muere ante los que le miran y ante los que se burlan de El. Reclinó su cabeza coronada de espinas. Y ante el pasmo de cielo y tierrapende colgado y muerto el cuerpo del Hijo de Dios.
Cuando llega la hora de nona, Jesús grita: «¡Todo está cumplido!» (Jn 19,30). Ha llevado a cumplimiento la obra de la redención. La misión, para la que vino a la tierra, ha alcanzado su propósito. Lo demás pertenece al Padre: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46). Dicho esto, expiró. «El velo del Templo se rasgó en dos...» (Mt 27,51). El «santo de los santos» en el templo de Jerusalén se abre en el momento en que entra el Sacerdote de la Nueva y Eterna Alianza.


PETICION: Te pedimos, Cristo de la Noche Oscura, que no se produzcan más muertes de hombres inocentes, que tu muerte y la muerte de todos los hombres sirva para crear un Mundo Nuevo. ¿DÓNDE MUERE HOY CRISTO?


ORACIÓN
Señor Jesucristo, en la hora de tu muerte se oscureció el sol. Constantemente estás siendo clavado en la cruz. En este momento histórico vivimos en la oscuridad de Dios. Por el gran sufrimiento, y por la maldad de los hombres, el rostro de Dios, tu rostro, aparece difuminado, irreconocible. Pero en la cruz te has hecho reconocer.
Porque eres el que sufre y el que ama, eres el que ha sido ensalzado. Precisamente desde allí has triunfado. En esta hora de oscuridad y turbación, ayúdanos a reconocer tu rostro. A creer en ti y a seguirte en el momento de la necesidad y de las tinieblas. Muéstrate de nuevo al mundo en esta hora. Haz que se manifieste tu salvación.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
13ª ESTACIÓN. JESÚS MUERTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo
EVANGELIO: Jn. 19, 32-35
Estaban junto a la cruz de Jesús, su madre; la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena... Siendo día de preparativos, los judíos, para evitar que el sábado se quedaran los cuerpos en la cruz, porque aquel sábado era un día muy solemne, le pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran...


REFLEXIÓN:
Han devuelto a las manos de la Madre el cuerpo sin vida del Hijo. Los Evangelios no hablan de lo que ella experimentó en aquel instante. Es como si los Evangelistas, con el silencio, quisieran respetar su dolor, sus sentimientos y sus recuerdos. O, simplemente, como si no se considerasen capaces de expresarlos. Sólo la devoción multisecular ha conservado la imagen de la «Piedad», grabando de ese modo en la memoria del pueblo cristiano la expresión más dolorosa de aquel inefable vínculo de amor nacido en el corazón de la Madre el día de la anunciación y madurado en la espera del nacimiento de su divino Hijo.
Ese amor se reveló en la gruta de Belén, fue sometido a prueba ya durante la presentación en el Templo, se profundizó con los acontecimientos conservados y meditados en su corazón (cfr. Lc 2, 51). Ahora este íntimo vínculo de amor debe transformarse en una unión que supera los confines de la vida y de la muerte. Y será así a lo largo de los siglos: los hombres se detienen junto a la estatua de la Piedad de Miguel Ángel, se arrodillan delante de la imagen de la Melancólica Benefactora, en la iglesia de los Franciscanos, en Cracovia, ante la Madre de los Siete Dolores, Patrona de Eslovaquia; veneran a la Dolorosa en tantos santuarios en todas las partes del mundo. De este modo aprenden el difícil amor que no huye ante el sufrimiento, sino que se abandona confiadamente a la ternura de Dios, para el cual nada es imposible (cf. Lc 1, 37).
Muchas veces no sabemos mirar más allá de los acontecimientos: buscamos lo inmediato, el resultado rápido. María, con sus brazos llenos de Jesús muerto, nos está señalando ya lo que hay más allá del aparente fracaso de su hijo Jesús; para muchos el hacer el bien, el perdonar, el ser generoso... no lleva más que a hacer el tonto o, en el peor de los casos al sufrimiento y a la muerte; para otros, los que saben ver las cosas de verdad, la única manera de hacer un mundo en donde no haya violencia es empezar por uno mismo y dar la vida por ello. María, nos presenta el cuerpo de su hijo muerto, pero como aquél que muestra el secreto de la verdadera vida; como aquél que señala la resurrección cercana. Aquel que nos dice: “Cumplid la voluntad del Padre”. Miremos en esta noche a María como la Madre de Cristo y de la Iglesia que sigue diciéndonos: “Haced lo que Él os diga” (Jn. 2, 5)


PETICION: María, Madre de Cristo y madre nuestra, haznos capaces en esta Pascua de entrar dentro de nosotros mismos y examinar las zonas de nuestro ser qe están necesitadas de presencia salvadora de Cristo. CONTEMPLO A CRISTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE…¿QUÉ ME DICE?


ORACIÓN
Señor, has bajado hasta la oscuridad de la muerte. Pero tu cuerpo es recibido por manos piadosas y envuelto en una sábana limpia (Mt 27, 59). La fe no ha muerto del todo, el sol no se ha puesto totalmente. Cuántas veces parece que estés durmiendo. Qué fácil es que nosotros, los hombres, nos alejemos y nos digamos a nosotros mismos: Dios ha muerto.
Haz que en la hora de la oscuridad reconozcamos que Tú estás presente. No nos dejes solos cuando nos aceche el desánimo. Y ayúdanos a no dejarte solo. Danos una fidelidad que resista en el extravío y un amor que te acoja en el momento de tu necesidad más extrema, como tu Ma
dre, que te arropa de nuevo en su seno.


V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro
14ª ESTACIÓN. JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO.
V/ Te adoramos Cristo y bendecimos
R/ Que por tu santa cruz redimiste al mundo


LECTURA: (Mt. 27, 57-66)
Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús, se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo que había hecho excavar en la roca; luego, hizo rodar una gran piedra hasta la entrada del sepulcro y se fue. Estaban allí María Magdalena y la otra María sentadas fuera, junto al sepulcro.
Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: “Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía, "a los tres días resucitaré". Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: resucitó de entre los muertos, y la última impostura sea peor que la primera” Pilato les dijo: “Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis” Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.


REFLEXION:
«Fue crucificado, muerto y sepultado...».
El cuerpo sin vida de Cristo fue depositado en el sepulcro. La piedra sepulcral, sin embargo, no es el sello definitivo de su obra. La última palabra no pertenece a la falsedad, al odio y al atropello. La última palabra será pronunciada por el Amor, que es más fuerte que la muerte.
«Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto» ( Jn 12, 24). El sepulcro es la última etapa del morir de Cristo en el curso de su vida terrena; es signo de su sacrificio supremo por nosotros y por nuestra salvación.
Muy pronto este sepulcro se convertirá en el primer anuncio de alabanza y exaltación del Hijo de Dios en la gloria del Padre, «Fue crucificado, muerto y sepultado (....) al tercer día resucitó de entre los muertos». Con el cuerpo sin vida de Jesús en el sepulcro, a los pies del Gólgota, la Iglesia inicia la vigilia del Sábado Santo. María conserva en lo profundo de su corazón y medita la pasión del Hijo; las mujeres se dan cita para la mañana del día siguiente del sábado, para ungir con aromas el cuerpo de Cristo; los discípulos se reúnen, ocultos en el Cenáculo, hasta que no haya pasado el sábado. Viven desde el silencio y se cumple lo que más tarde nos dirá San Vicente: “Dadme un hombre de oración y será capaz de todo”
Esta vigilia acabará con el encuentro en el sepulcro, el sepulcro vacío del Salvador. Entonces el sepulcro, testigo mudo de la resurrección, hablará. La losa levantada, el interior vacío, las vendas por tierra, será lo que verá Juan, llegado al sepulcro junto con Pedro: «Vio y creyó» (Jn 20, 8). Y, con él, creyó la Iglesia, que desde aquel momento no se cansa de transmitir al mundo esta verdad fundamental de su fe: «Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicia de todos los que han muerto» (1 Co 15, 20). El sepulcro vacío es signo de la victoria definitiva, de la verdad sobre la mentira, del bien sobre el mal, de la misericordia sobre el pecado, de la vida sobre la muerte. El sepulcro vacío es signo de la esperanza que «no defrauda» (Rm 5, 5). «Nuestra esperanza está llena de inmortalidad» (Sb 3, 4).
Este cuerpo, cuidadosamente envuelto, es bajado con gran cuidado a la tierra. Los presentes expresan su pena y condolencia de diferentes maneras. Hasta la más pobre sepultura puede ser un lugar de reposo apropiado cuando el cuerpo es tratado con reverencia.
Jesús es desclavado y desciende de la cruz. Jesús es sepultado para que su cadáver no quede expuesto y entregado a la noche. La sábana conoce el último contacto de la piel, ya sosegada, maltratada de Jesús. El cuerpo de Cristo estrena sepulcro. Todo se hace silencio, el silencio de Dios.


PETICION: Te pedimos, Cristo de la Noche Oscura, que nos ayudes a entender que tu vida y muerte es la luz que debemos ser en el nuevo mundo al que nos invita la Resurrección. ¿ A QUÉ TENGO QUE MORIR PARA PODER RESUCITAR?


ORACIÓN
Señor Jesucristo, al ser puesto en el sepulcro has hecho tuya la muerte del grano de trigo, te has hecho el grano de trigo que muere y produce fruto con el paso del tiempo hasta la eternidad. Desde el sepulcro iluminas para siempre la promesa del grano de trigo del que procede el verdadero maná, el pan de vida en el cual te ofreces a ti mismo.
La Palabra eterna, a través de la encarnación y la muerte, se ha hecho Palabra cercana; te pones en nuestras manos y entras en nuestros corazones para que tu Palabra crezca en nosotros y produzca fruto. Te das a ti mismo a través de la muerte del grano de trigo, para que también nosotros tengamos el valor de perder nuestra vida para encontrarla; a fin de que también nosotros confiemos en la promesa del grano de trigo.
Ayúdanos a amar cada vez más tu misterio eucarístico y a venerarlo, a vivir verdaderamente de ti, Pan del cielo. Auxílianos para que seamos tu perfume y hagamos visible la huella de tu vida en este mundo. Como el grano de trigo crece de la tierra como retoño y espiga, tampoco tú podías permanecer en el sepulcro: el sepulcro está vacío porque él –el Padre– no te «entregó a la muerte, ni tu carne conoció la corrupción» (Hch 2, 31; Sal 15, 10).
No, tú no has conocido la corrupción. Has resucitado y has abierto el corazón de Dios a la carne transformada. Haz que podamos alegrarnos de esta esperanza y llevarla gozosamente al mundo, para ser de este modo testigos de tu resurrección.
V/ Señor, pequé
R/ Tened piedad y misericordia de mi
Padrenuestro


LECTURA: 2Cor 5, 17
“Donde hay un cristiano, hay humanidad nueva; lo viejo ha pasado; mirad, existe algo nuevo “
Nuestro Viacrucis Penitencial ha concluido; hemos actualizado aquel Viernes Santo, te hemos acompañado Cristo de la Noche Oscura, o mejor tú nos has acompañado a nosotros, como lo has hecho con tantos hermanos que nos han precedido, con nuestros familiares, con todas las Hijas de la Caridad que han pasado por esta ciudad desde que hace más de ciento cincuenta años llegaran al Hospital de Santiago para atender a los niños y enfermos.

Te hemos sepultado Señor, sería una locura pensar que te dejamos ahí. Sabemos que resucitado vives para siempre. Nos queda un año por delante hasta que volvamos a encontrarnos bajo tu acogedora mirada. Cristo de la Noche Oscura, ayúdanos a vivir cada día como el auténtico “día en que actuó el señor”, como un domingo prolongado. Sabemos que seguirás padeciendo en los crucificados de nuestra sociedad. Que cada Hermana, que cada laico o consagrado seamos testigos audaces de tu Resurrección, que lo sencillo, lo fraternal, la verdad, la justicia y la confianza en tu divina Providencia sea nuestra seña.


ORACIÓN DE LA COFRADÍA AL CRISTO DE LA NOCHE OSCURA
“En las tinieblas densas de mis dudas y ansiedades, de mis preocupaciones y de mi dolor, me acerca ti, Cristo de la noche Oscura. Cada año te acompaño en tu lenta agonía del Vía Crucis Penitencial. Acompáñame tú cada día en mi trabajo, para que tu presencia colme mi vida de fe, de caridad y de amor al sacrificio”. Amén